La pandemia no ha afectado por igual a todas las empresas. Mientras que algunos sectores han crecido (comercio electrónico, healthtech, ….), la mayoría de las empresas se han visto afectadas negativamente en un grado u otro (comercio minorista, turismo,….). Si bien el rendimiento conocido a corto plazo tendrá cierto impacto en las valoraciones, el factor que actualmente está teniendo un mayor impacto es la incertidumbre.
Si el valor de cualquier negocio es la suma de sus Cash Flows flujos de efectivo futuros, entonces la valoración depende fundamentalmente de predecir el futuro. La incertidumbre creada por la pandemia del coronavirus ha hecho esta predicción aún más difícil que antes. Pero esto no significa que las valoraciones de las empresas se hayan desplomado, sólo significa que es más difícil tanto para los compradores como para los vendedores saber cuál es la valoración correcta.
En este entorno, analizar la información e interpretarla es vital. Los consultores tienen la responsabilidad de destacar los aspectos del futuro que sean más tangibles y que pueden predecirse, para crear una imagen más detallada y hacer más factible la valoración. El objetivo es reducir la incertidumbre generalizada que rodea el futuro haciendo las previsiones más claras y predecibles.
EBITDAC
El principio demasiado simplista de excluir el período afectado por el coronavirus, y emplear las mismas métricas para la valoración, pero utilizando el período inmediatamente anterior a la aparición de la pandemia (el llamado enfoque EBITDAC), no producirá una valoración significativa por sí solo. Cada industria y cada negocio es diferente, pero en la mayoría de los casos la gente no espera que las condiciones vuelvan a ser exactamente como eran en 2019, y una valoración simplificada con este enfoque es obviamente no ajustada. Cada negocio tendrá algunas líneas que son más rentables que antes, algunas que son menos rentables, algunas unidades de negocio que han cambiado completamente o han sido eliminadas, y otras nuevas que pueden no haber existido antes.
Las empresas que no puedan reducir la incertidumbre sobre su futuro se enfrentarán a valoraciones que se verán penalizadas significativamente en comparación con los niveles anteriores al COVID , mientras que las que puedan mostrar al menos un grado de previsibilidad lo serán mucho menos.
Los inversores serios no son buscadores de gangas. Están buscando valor, oportunidad y la mitigación del riesgo a la baja. Muchos saben que las crisis presentan oportunidades para asegurar activos valiosos a precios ligeramente reducidos o en mejores condiciones, al quitarle algunos riesgos a corto plazo al vendedor.
METODOLOGÍA COVID EN LA PRÁCTICA
Los principios fundamentales de la valoración empresarial siguen siendo aplicables. La pregunta es cuánto de penalización de la valoración anterior al periodo COVID es razonable aplicar para las empresas que se han visto afectadas negativamente, o cuánto de bonificación se puede justificar para las empresas que están funcionando mejor que nunca. La clave para cada respuesta es construir una proyección de negocio razonable, utilizando aquellos datos o cálculos que están disponibles, para reducir la incertidumbre en torno a los datos que no están disponibles.
Hay que considerar el impacto potencial de la volatilidad inducida por COVID-19 en la valoración de negocios en fusiones y adquisiciones:
1) El método de valoración del DCF (Flujos de Caja descontados) sólo será tan fiable como el plan de negocio que lo respalda y debería integrar los WACCs actualizados.
2) El método de valoración de Múltiplos tendrá que ser interpretado con cuidado y tomar como referencia al menos la media de 3 años en el ratio aplicado sobre EBITDA.
Asimismo, el papel del valorador – experto en M&A, en comparación con auditores o asesores, es clave más que nunca.
Lince Corporate tiene en ese sentido, los instrumentos y la experiencia para valorar cualquier empresa en estos tiempos difíciles.